martes, enero 28, 2014

Lecturas baratas

Pasó diciembre con su alegría... y la presión comercial para que vayamos de compras. Y pues, fui de compras. Visité muchos negocios entre ellos algunas librerías grandes como la Lerner, o la Panamericana y pequeñas y desordenadas, dedicadas a la venta de libros descontinuados, o libro de segunda. Y allí me di gusto.

Uno de los mitos en Colombia, donde los indices de lectura son bajos, es que los libros son caros y por eso no se lee. Esto último es totalmente cierto: se lee poco, pero no por falta de libros sino de formación. La educación en Colombia no forma para la comprensión de las ideas sino para la repetición de información. Por eso una gran mayoría de bachilleres colombianos son prácticamente analfabetos. Leen pero no comprenden totalmente lo que leen, lo cual genera un obvio rechazo hacia el acto de leer. Por eso les cansa la lectura. Es una ocupación árida de la que poco obtienen.

Otra verdad es que los libros son caros. Sin embargo los lectores tenemos muchas alternativas. La Biblioteca Luis Angel Arango, en sus sucursales de Bogotá y del resto del país, ofrece una rica colección de literatura. Y si uno quiere leer un libro que no está todavia en el fondo de la bilblioteca, uno lo pide y en un plazo prudente, el libro llega. Están también las sedes de la red de bibliotecas de Bogotá. Las bibliotecas municipales (Conozco muchas a lo largo y ancho de Colombia y sé que hay aceptables posibilidades de conseguir buenas lecturas).

Pero si uno, además de leer, gusta de coleccionar libros para hacer bibliotecas personales, las librerías de viejo o de libro descatalogado por las editoriales, son un espacio donde con algo de paciencia se pueden minar muy buenas lecturas.

En una de esas búsquedas decembrinas, por ejemplo, pude conseguir varias cositas. Puedo mencionar el Curso sobre el Quijote, de Vladimir Nabokov ($14.000, unos US.7.00), también un libro raro, titulado Una temporada con Marcel Proust, de René Peter, por solo siete mil pesitos (Menos de US 4.00). Y así, sucesivamente, compré a precio de saldo novelas de Benjamin Black (John Banville), Doris Lessing, y otros autores, todo por muy pocas monedas. 

Pero bueno, solo quería subrayar que quizá el libro nuevo puede ser caro (de hecho mi mujer me regaló Bloody Miami de Tom Wolfe y pagó por él lo mismo que yo pagué como por seis libros de rebaja); pero el libro de oferta es muy barato. Así que leer es cuestión de ganas, no de falta de dinero.

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