En su famosa entrevista, concedida a la Paris Review, Ernest Hemingway formuló su teoría sobre el iceberg en la escritura de un cuento. La formuló de esta manera mientras trataba de explicar por qué El viejo y el mar era una novela tan suscinta."Yo siempre trato de escribir de acuerdo con el principio del témpano de hielo. El témpano conserva siete octavas partes de su masa debajo del agua por cada parte que deja ver. Uno puede eliminar cualquier cosa que conozca, y eso sólo fortalece el témpano de uno. Es la parte que no se deja ver. Si un escritor omite algo porque no lo conoce, entonces hay un boquete en el relato.”
A continuación Hemingway ofrece un ejemplo y dice: “ El viejo y el mar pudo haber tenido más de mil páginas (el original no llega a cien) e incluir a cada uno de los personajes de la aldea y todos los procesos de cómo se ganaban la vida, como nacían, se educaban, tenían hijos, etc. Otros escritores hacen eso excelentemente bien. Al escribir uno está limitado por lo que ha hecho satisfactoriamente. Así que yo he tratado de aprender a hacer algo distinto. Primero he tratado de eliminar todo lo que sea necesario para comunicarle una experiencia al lector, de modo que después de qué él haya leído algo, eso se convierta en parte de su experiencia y parezca haber sucedido en realidad. Eso es muy difícil de hacer y yo he intentado hacerlo con mucho esfuerzo.”
Hemingway en ninguna parte dice que esa idea se le ocurrió a él, simplemente dice que el escribe de acuerdo a ese principio. Desde entonces, de manera muy general, se habla de "la teoría del iceberg" como si hubiera sido fuera formulada por Hemingway. Pero la verdad es que la idea no es de él, sino de Ruyard Kipling quien en un ensayo incluido en su libro autobiografico, Algo sobre mí mismo, publicado en 1936, veinte años antes de que sucediera la famosa entrevista de Hemingway con la Paris Review, señalaba: "No recuerdo de quién fue la idea de qué yo escribiera una serie de cuentos anglo indios, pero si la asamblea que hicimos para decidir el título. En un principio eran mucho más largos que luego al publicarse. Los abrevié, primero, por gusto al releerlos detenidamente y, después, por razones de espacio editorial. Y así aprendí que en un relato quitar líneas es como avivar un fuego. No se nota la operación, pero todo el mundo nota el resultado. Claro que los párrafos suprimidos tienen que haber sido escritos honradamente, para algo, con voluntad de permanencia. Me di cuenta de esto cuando, por ahorrar tiempo, “escribía breve” desde el principio y veía que el relato perdía encanto. Esto confirma la teoría de que la quimera, después de echar fuego y desaparecer, puede seguir ejerciendo su influencia en el vacío."
Por supuesto, Kipling no usó el término "témpano de hielo" para definir su idea, pero es la misma de Hemingway expresada de manera un poco más amplia. Tanto en la propuesta de Kipling como en la verisón de Hemingway, lo oculto, "las siete octavas partes" deben haberse escrito antes de ser suprimidas.