El patriotismo es el paraíso de los escritores
mediocres, de los pintores y escultores insignificantes, de los críticos sin
talento. Es el refugio natural y la natural defensa de quienes creen que una historia
local, una geografía determinada, unas específicas instituciones políticas, un
folclor acotado, pueden excusar toda insuficiencia en el arte. Pero desengañémonos
no hay arte patriótico ni filantrópico, ni higiénico, sino arte, sencillamente
arte.
(En Alquimia de Escritor)