Se anuncia la subasta de las joyas que pertenecieron a Elizabeth Taylor en la que esperan recaudar más de veinte millones de euros. Una de esas joyas es La peregrina, una perla extraída del mar en Panamá hacia 1514. Es una perla con forma de gota de agua y del tamaño de un huevo de paloma que pesa 115 gramos y 58,5 quilates; pero lo que me interesa es que formó parte de las muchas toneladas de perlas que los primeros conquistadores españoles extrajeron de las aguas del Caribe y del Pacífico panameño durante la primera mitad del siglo XVI.
La historia de esta perla, leída en retrospectiva, da cuenta de que fue comprada por Richard Burton en 1969 para regalársela a Elizabeth Taylor. Ella, a su vez, la hizo montar en un collar diseñado por la joyería Cartier. Antes, un siglo antes, durante la invasión francesa a España en 1808, fue sustraída del tesoro de los Borbones, robada por José Bonaparte y vendida por un hijo de este –en un momento de vacas flacas– a un mercader hacia 1844. Después pasó de mano en mano hasta la subasta donde la compró Richard Burton.
La perla, había sido regalada a Felipe II en 1580, por el Aguacil Mayor de Panamá, Diego de Tebes. El rey español se la regaló a María Tudor como presente de bodas. El gobernador panameño la había conseguido después de varias negociaciones iniciadas por Pedrarias Dávila el primer gobernador de Panamá, que a su vez se la había quitado de la mano a un anónimo pescador de perlas.
Este era ultimo reducto de la explotación perlífera en la América de aquellos años; explotación que se inició en la isla de Cubagua en la actual Venezuela, continuó en los bancos perlíferos del Cabo de la Vela en Colombia y cuando se agotaron estas zonas, los traficantes de perlas se trasladaron a Panamá, cruzaron el itsmo y se instalaron en el Golfo de Panamá, en el mar Pacífico, donde tampoco tardaron en agotar los ostrales.
La perla es un símbolo de la relación colonial que hubo entre América y el Reino de Castilla. Fue el primer bien de capital explotado con ánimo de minería y que se extinguió por culpa de la avaricia de los conquistadores.
La perla es una formación orgánica y su vida promedio se calcula en doscientos años. Debido a las limitaciones tecnológicas del siglo XVI, que impedían que los buzos se sumergieran demasiado, los bancos más profundos se salvaron del saqueo; si no hubiera sido por esto las perlas del Caribe habrían desparecido del todo y solo quedaría como testimonio de su existencia La peregrina, que quizá por su tamaño desmesurado, aún se conserva.
domingo, septiembre 11, 2011
martes, septiembre 06, 2011
Notas sobre el cuento. La minificción.
Soy autor de cuentos breves, digamos de menos de quinientas palabras. Y de cuentos de extensión mas convencional, digamos de entre diez y veinte cuartillas. Me gusta la brevedad, pero detesto la idea que se ha erigido acerca del microcuento, el microrrelato o como quieran llamarlo. Hay tal profusión de textos amparados bajo el amplio paraguas de la minificción que ofrece patente de corso para que cualquier cosa sea un minicuento. El titular de un periódico, un haikú mal redactado, un pensamiento propio para un acróstico estudiantil, un fragmento de novela, un juego de palabras más o menos afortunado, etc, etc.
Hace muchos años, circuló en México y en América Latina, una revista famosa, El cuento, dirigida por Edmundo Valadés. Esta revista fue la primera en dar amplia cabida a los relatos de corta extensión. Allí se conocieron los primeros relatos breves de la argentina Luisa Valenzuela, de Marco Denevi, de Luis Britto García, Augusto Monterroso y del propio Valadés, quien ya comenzaba a establecer una idea sobre esta variante del género cuentístico.
“La minificción –dice Edmundo Valadéz– no puede ser poema en prosa, viñeta, estampa, anécdota, ocurrencia o chiste. Tiene que ser ni más ni menos eso: minificción. Y en ella lo que vale o funciona es el incidente a contar. El personaje, repetidamente notorio, es aditamento sujeto a la historia, o su pretexto. Aquí la acción es la que debe imperar sobre lo demás”.
La estudiosa del Género, Violeta Rojo, dice que, entre otras características los microrrelatos: “Suelen poseer lo que se llama ‘estructura proteica’, esto es, pueden participar de las características del ensayo, de la poesía, del cuento más tradicional y de una gran cantidad de otras formas literarias: reflexiones sobre la literatura y el lenguaje, recuerdos, anécdotas, listas de lugares comunes, de términos para designar un objeto, fragmentos biográficos, fábulas, palíndromos, definiciones a la manera del diccionario, reconstrucciones falsas de la mitología griega, instrucciones, descripciones geográficas desde puntos de vista no tradicionales, reseñas de falsos inventos y poemas en prosa, por no dar más que algunos ejemplos”.
Hasta aquí ningún problema con los dos fragmentos más o menos definitorios del microrrelato. En general, tales preceptos no estarían lejos, tampoco, de los del cuento en su versión moderna. Digamos que tomando la última frase de Valadés, el cuento es “aquello donde impera la acción sobre lo demás”. Y lo demás es descripción, reflexión, invocación, historia y poesía.
Y, además, debe existir un personaje, aunque esté rudimentaria o esquemáticamente construido. Hasta en el famoso El dinosaurio de Augusto Monterroso hay un personaje. “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”. Quien despierta es un sujeto con conciencia de sí mismo, un ser humano, y hay una acción: despertó. Y otra acción implícita: despertó a una pesadilla; al miedo, a ser cazado probablemente. Y bueno, no vamos a hacer más interpretaciones sobre el microcuento más citado de todos los tiempos. Solo quería decir que incluso en ese relato de una sola frase hay un personaje.
Pero hay problemas con este microgénero. Para dar un ejemplo propongo un caso particular: el de la revista El Cultural, del Diario El Mundo de España, que tuvo un concurso que se llevó a cabo en el blog del escritor Montero Glez. Se llamó, Cuenta 140. O sea los caracteres de un mensaje de twitter. El cuento reducido a los limites de un "tweet". Ya tiene ganadores después de diez meses de estarlo promoviendo. Y como decía al principio casi cualquier cosa pasa por minicuento Claro que Montero Glez no dice en ninguna parte que lo que el promueve es un cuento. Dice simplemente, “cuenta 140”, es decir cuenta algo. Y eso algo a veces parece un cuento, como este escogido entre los gandores:
“Encontraron su cadáver junto a la máquina de escribir. Nunca escribió nada importante. Pero su nota de suicidio fue un éxito de ventas.”
Y a veces no lo parece; como este otro, también incluido entre los ganadores:
“El microrrelato se indignó contra la novela, igual que Plutón contra la Tierra, nunca conseguirá ser planeta”.
Que se parece mucho a este encontrado en un sitio de la red dedicado al género. Se titula "La noche 1001" Y dice así:
"En la última noche a Sherezade sólo se le ocurrió un relato hiperbreve. Realmente lamentó estar falta de inspiración."
Lo dicho, en este microgénero cualquiera se puede hacer un maestro. O al menos pasar como escritor cuando tal vez no sea más que un afortunado redactor de frases ingeniosas.
Hace muchos años, circuló en México y en América Latina, una revista famosa, El cuento, dirigida por Edmundo Valadés. Esta revista fue la primera en dar amplia cabida a los relatos de corta extensión. Allí se conocieron los primeros relatos breves de la argentina Luisa Valenzuela, de Marco Denevi, de Luis Britto García, Augusto Monterroso y del propio Valadés, quien ya comenzaba a establecer una idea sobre esta variante del género cuentístico.
“La minificción –dice Edmundo Valadéz– no puede ser poema en prosa, viñeta, estampa, anécdota, ocurrencia o chiste. Tiene que ser ni más ni menos eso: minificción. Y en ella lo que vale o funciona es el incidente a contar. El personaje, repetidamente notorio, es aditamento sujeto a la historia, o su pretexto. Aquí la acción es la que debe imperar sobre lo demás”.
La estudiosa del Género, Violeta Rojo, dice que, entre otras características los microrrelatos: “Suelen poseer lo que se llama ‘estructura proteica’, esto es, pueden participar de las características del ensayo, de la poesía, del cuento más tradicional y de una gran cantidad de otras formas literarias: reflexiones sobre la literatura y el lenguaje, recuerdos, anécdotas, listas de lugares comunes, de términos para designar un objeto, fragmentos biográficos, fábulas, palíndromos, definiciones a la manera del diccionario, reconstrucciones falsas de la mitología griega, instrucciones, descripciones geográficas desde puntos de vista no tradicionales, reseñas de falsos inventos y poemas en prosa, por no dar más que algunos ejemplos”.
Hasta aquí ningún problema con los dos fragmentos más o menos definitorios del microrrelato. En general, tales preceptos no estarían lejos, tampoco, de los del cuento en su versión moderna. Digamos que tomando la última frase de Valadés, el cuento es “aquello donde impera la acción sobre lo demás”. Y lo demás es descripción, reflexión, invocación, historia y poesía.
Y, además, debe existir un personaje, aunque esté rudimentaria o esquemáticamente construido. Hasta en el famoso El dinosaurio de Augusto Monterroso hay un personaje. “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”. Quien despierta es un sujeto con conciencia de sí mismo, un ser humano, y hay una acción: despertó. Y otra acción implícita: despertó a una pesadilla; al miedo, a ser cazado probablemente. Y bueno, no vamos a hacer más interpretaciones sobre el microcuento más citado de todos los tiempos. Solo quería decir que incluso en ese relato de una sola frase hay un personaje.
Pero hay problemas con este microgénero. Para dar un ejemplo propongo un caso particular: el de la revista El Cultural, del Diario El Mundo de España, que tuvo un concurso que se llevó a cabo en el blog del escritor Montero Glez. Se llamó, Cuenta 140. O sea los caracteres de un mensaje de twitter. El cuento reducido a los limites de un "tweet". Ya tiene ganadores después de diez meses de estarlo promoviendo. Y como decía al principio casi cualquier cosa pasa por minicuento Claro que Montero Glez no dice en ninguna parte que lo que el promueve es un cuento. Dice simplemente, “cuenta 140”, es decir cuenta algo. Y eso algo a veces parece un cuento, como este escogido entre los gandores:
“Encontraron su cadáver junto a la máquina de escribir. Nunca escribió nada importante. Pero su nota de suicidio fue un éxito de ventas.”
Y a veces no lo parece; como este otro, también incluido entre los ganadores:
“El microrrelato se indignó contra la novela, igual que Plutón contra la Tierra, nunca conseguirá ser planeta”.
Que se parece mucho a este encontrado en un sitio de la red dedicado al género. Se titula "La noche 1001" Y dice así:
"En la última noche a Sherezade sólo se le ocurrió un relato hiperbreve. Realmente lamentó estar falta de inspiración."
Lo dicho, en este microgénero cualquiera se puede hacer un maestro. O al menos pasar como escritor cuando tal vez no sea más que un afortunado redactor de frases ingeniosas.
jueves, septiembre 01, 2011
Patti Smith, sobreviviente
Acaba de ganar el premio Polar (2011) en Suecia. Hay una foto de ella muy sonriente recibiéndolo. Una imagen impensable para esta mujer que nos ha (me ha) acompañado con su música y sus actitudes desde hace muchos años.
El primer disco suyo, Horses, que escuché tardía pero intensamente, por ahí en el 82, me dejó ya una indeleble impresión. Fue publicado en 1975, exactamente el 10 de noviembre, en el aniversario de la muerte de Arthur Rimbaud, lo cual ya era una declaración de intenciones por parte de doña Patti. Este disco fue reconocido, en al año 2000, por la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos como una de las grabaciones más significativas en su aspecto histórico, cultural y estético.
Después de este disco inaugural conocí más de su obra como poeta y de su vida al lado de Robert Maphelthorpe, (sobre cuya relación hizo su libro más reciente, Kids) y la escuché con distintas agrupaciones y formatos. Hace poco la vi en el programa de Jools Holland, con un nuevo grupo de muchachitos, (ella la eterna muchachita ya con sesenta y tantos) escupiendo al piso del estudio y pateando los amplificadores como en sus mejores tiempos.
Pese a todo, ha sobrevivido a la estirpe de rockeros suicidas y autodestructivos. Sobrevivió a su amado Robert Maphelthorpe y sobrevive a la muerte de su más reciente compañero.
El jurado del premio Polar, que según la prensa (adicta a los superlativos) es considerado como el Premio Nobel de la música, se lo entregó a Patti Smith por "dedicar su vida al arte en todas sus formas y demostrar cuánto rock and roll hay en la poesía y cuánta poesía hay en el rock and roll".
Recomiendo este enlace para escuchar una de sus canciones que mas me gustan: Because the nigth, escrita en compañía de Bruce Springstein.
http://www.youtube.com/watch?v=MWqefennouo&feature=related
El primer disco suyo, Horses, que escuché tardía pero intensamente, por ahí en el 82, me dejó ya una indeleble impresión. Fue publicado en 1975, exactamente el 10 de noviembre, en el aniversario de la muerte de Arthur Rimbaud, lo cual ya era una declaración de intenciones por parte de doña Patti. Este disco fue reconocido, en al año 2000, por la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos como una de las grabaciones más significativas en su aspecto histórico, cultural y estético.
Después de este disco inaugural conocí más de su obra como poeta y de su vida al lado de Robert Maphelthorpe, (sobre cuya relación hizo su libro más reciente, Kids) y la escuché con distintas agrupaciones y formatos. Hace poco la vi en el programa de Jools Holland, con un nuevo grupo de muchachitos, (ella la eterna muchachita ya con sesenta y tantos) escupiendo al piso del estudio y pateando los amplificadores como en sus mejores tiempos.
Pese a todo, ha sobrevivido a la estirpe de rockeros suicidas y autodestructivos. Sobrevivió a su amado Robert Maphelthorpe y sobrevive a la muerte de su más reciente compañero.
El jurado del premio Polar, que según la prensa (adicta a los superlativos) es considerado como el Premio Nobel de la música, se lo entregó a Patti Smith por "dedicar su vida al arte en todas sus formas y demostrar cuánto rock and roll hay en la poesía y cuánta poesía hay en el rock and roll".
Recomiendo este enlace para escuchar una de sus canciones que mas me gustan: Because the nigth, escrita en compañía de Bruce Springstein.
http://www.youtube.com/watch?v=MWqefennouo&feature=related
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