viernes, julio 29, 2016

Una nueva colección de mis cuentos


La editorial EAFIT, en su nueva colección Debajo de las estrellas, grandes cuentistas, dirigida por Juan Diego Mejía, acaba de publicar esta antología de mis cuentos. Se incluyen en ella algunos de los títulos publicados en dos colecciones anteriores, junto con cuentos inéditos y viñetas escritas para esta ocasión. Es una edición concebida de tal forma que permite leer los cuentos con otra mirada, como si fuera una publicación completamente nueva. O, por lo menos, eso es lo que siento.

Incluyo el texto para la contraportada escrito por el director de la colección.


                                                                                                             RRV




   
"Sonido de fierros que chocan unos contra otros. Olor a pólvora que viaja en el viento. Hombres cansados de la guerra, ansiosos de besos, extraños entre extraños. Y en medio de ellos, el famoso periodista/detective Juan Ramón Galves con sus recuerdos de tiempos de heroísmo.

Los cuentos de Roberto Rubiano Vargas siempre son un atractivo para los lectores formados en la gran narrativa latinoamericana. En estos relatos se siente la mano certera del narrador que conoce la herencia literaria de los clásicos y el ojo del autor que observa a sus contemporáneos. Quien cuenta estas historias de ejércitos asesinos es el mismo que una vez escribió Necesitaba una historia de amor. Es también el mismo adolescente de Gentecita del montón. Se trata del mismo Roberto Rubiano Vargas que ha construido un nombre de cuentista que ya merece estar bajo la luz que emiten las estrellas del género."

Juan Diego Mejía


Patti Smith la imagen perturbadora del rock

Foto de Judy Lynn 
Hace poco tiempo, mientras veía el programa Late with Joos Holland, producción de BBC que retrasmite HBO, vi la actuación de Patti Smith. La vieja y flaca rockera de los setenta que seguía tan agil y vibrante como siempre, escupiendo en el piso del encerado estudio de la BBC y pateando un amplificador al terminar su interpretación. Patti Smith pasó a la historia del Rock practicamente por un solo disco: Wild Horses (ya comentado en este Blog), pero grabó muchos, escribió muchos versos, fue la musa del fotógrafo Robert Mapplethorpe y el motivo del objetivo de la fotógrafa Judy Lynn que la siguió durante varios años. En 2011, gracias a esas muchas tiras de negativo surgió un libro (Patti Smith, 1969-1976) que asediaba a este rostro icónico de la cultura norteamericana en general y del rock en particular.
Foto de Judy Lynn 

Pero son muchos los espacios que ha ocupado la imagen de Patty Smith. El año pasado, en una exposición titulada American cool, en la que se exponían cien rostros de la cultura norteamericana, estaba ella junto al inevitable Johnny Deep, Madonna, Bob Dylan, Ernest Hemingway, Fred Astaire y otros noventa y cuatro personajes.

Los criterios que le permitían a una persona ganar ese extraño privilegio de estar en la mente de la cultura norteamericana, además de aparecer en una buena fotografía estaban: "haber sido guiados por su visión original sobre el arte y estilo, ser parte de alguna rebelión cultural o haber transgredido en algún hito de la historia, tener un legado conocido y finalmente ser reconocido fácilmente". Criterios que Patti Smith cumple con sobrados méritos.
 
Foto de Judy Lynn 




Patty Smith sigue dando conciertos, pero también ha devenido en una importante escritora que nos recuerda que ese era su oficio original cuando aterrizó en la escena cultural neoyorkina apadrinada por Andy Warhol. Dos libros suyos, Just Kids de 2010 en el cual narra sus primeros años en la escena cultural neoyorkina daba cuenta de su relación con el fotógrafo Robert Mapplethorpe autor de la icónica fotografía de la portada de Wild Horses. Más recientemente, otro libro suyo, M Train continuaba la saga de sus aventuras vitales. 
Con Robert Mapplethorpe

Toda esta actividad y su evidente matrimonio con la fotografía la han consagrado para la posteridad. En ese mundo digital poblado de selfies y vanidades rotas que es Instagram, Facebook y demás nichos de las redes sociales, la imagen perturbadora de Patty Smith es algo más que un gesto contra la banalidad. Es un retrato bandera de una generación, de una actitud que está más allá de su relación con el Punk o con el Rock o con Robert Mapplethorpe. Es uno de los rostros de la cultura Pop que identifican y definen este movimiento cultural de finales del siglo XX. 
Foto de Robert Mapplethorpe